2017-03-31
Cáncer.
Sigue bajando la tasa de mortalidad.
Los investigadores lo atribuyen a los declives en el tabaquismo y a las mejoras en la detección y el tratamiento.
Las tasas de mortalidad por cáncer en Estados Unidos se han reducido en un 25 por ciento desde principios de los 90, revela un nuevo informe.
Los hallazgos provienen de los estimados más recientes sobre la incidencia de y la mortalidad por el cáncer de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society), que indica que en 2017, cerca de 1.7 millones de estadounidenses serán diagnosticados con cáncer y unos 600,000 pacientes de cáncer de EE. UU. fallecerán.
"La reducción en la mortalidad por el cáncer es resultado sobre todo de grandes declives en las cuatro causas principales de muerte por cáncer (pulmón, colorrectal, mama y próstata), que conforman casi la mitad de todas las muertes por cáncer", anotó la autora del informe, Rebecca Siegel, directora estratégica de investigación sobre la vigilancia y los servicios de salud de la sociedad oncológica.
"Este proceso se ve impulsado por los declives en la prevalencia del tabaquismo a partir de los años 60, y por las mejoras en la detección temprana y el tratamiento del cáncer", explicó Siegel.
El resultado: hay unos 2 millones de muertes por cáncer menos de lo que se habría anticipado si las tasas de mortalidad por el cáncer hubieran permanecido en su punto máximo.
Pero no todos se han beneficiado por igual. Siegel anotó que aunque los hombres siguen siendo más propensos a ser diagnosticados con cáncer y a morir por su causa en comparación con las mujeres, el riesgo general de los hombres de desarrollar un cáncer se ha reducido, mientras que la tasa de las mujeres permanece sin cambios.
La reducción en las tasas de muerte por cáncer entre los hombres "se debe a grandes declives en los tres cánceres principales (de próstata, de pulmón y colorrectal), que conforman más de un 40 por ciento de los cánceres diagnosticados en los hombres", explicó.
En contraste, las tasas de los dos tipos de cáncer que conforman casi un 40 por ciento de todos los casos entre las mujeres, el cáncer de mama y el uterino (endometrial), permanecieron constantes. Además, la incidencia del cáncer de tiroides entre las mujeres aumentó casi un 5 por ciento al año, mientras que el cáncer de pulmón descendió solo a la mitad del ritmo que entre los hombres.
El informe contiene datos recogidos por el Programa Nacional de Registros de Cáncer de EE. UU., la Asociación Norteamericana de Registros Centrales de Cáncer (North American Association of Central Cancer Registries), y el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de EE. UU. Aparece en la edición del 5 de enero de la revista CA: A Cancer Journal for Clinicians.
Los investigadores encontraron que la tasa de mortalidad por cáncer alcanzó su punto máximo en 1991, antes de comenzar un declive constante de alrededor de un 1.5 por ciento al año tanto en los hombres como en las mujeres hasta 2014.
Al mismo tiempo, los diagnósticos de cáncer se redujeron en más o menos un 2 por ciento al año entre los hombres, mientras que se mantuvieron constantes entre las mujeres.
Aún así, los hombres siguen siendo un 20 por ciento más propensos de desarrollar un cáncer y un 40 por ciento más propensos a morir por esta causa que las mujeres, según los hallazgos.
Los investigadores dijeron que esto se debe a una mayor prevalencia de factores de riesgo del cáncer entre los hombres. Por ejemplo, los hombres beben y fuman más que las mujeres, y es probable que esos hábitos fomenten un riesgo de cáncer de hígado tres veces más alto en los hombres, en comparación con las mujeres.
También hubo diferencias raciales, aunque no tan marcadas como en el pasado. Si bien los hombres negros eran un 21 por ciento más propensos a morir de cáncer que los blancos en 2014, esa cifra es una gran mejora respecto a 1990, cuando los hombres negros se enfrentaban a unas probabilidades un 47 por ciento más altas de morir de cáncer.
De manera similar, el informe encontró que entre las mujeres negras esas mismas cifras se redujeron de un 20 por ciento en 1998 a un 13 por ciento en 2014.
En cuanto al motivo, los autores del estudio sugirieron que la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act, ACA), también conocida como Obamacare, tuvo mucho que ver, dado que el porcentaje de afroamericanos que carecían de seguro bajó en picada de un 21 por ciento en 2010 (antes de la promulgación de la Obamacare) a apenas un 11 por ciento en 2015.
"Con algo de suerte, este éxito no será invalidado por la nueva administración y la determinación de muchos legisladores de derogar la ACA", comentó Siegel.
Por otro lado, el Dr. Tomasz Beer, presidente de investigación sobre el cáncer de próstata y subdirector del Centro Oncológico Knight en la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, en Portland, describió el informe tanto como "buenas noticias" y como "un llamado a que la acción continúe".
Según Beer, "los declives constantes en la mortalidad por el cáncer que hemos visto un año tras otro en los últimos años se acumularon en un gran declive en el último par de décadas".
"Las reducciones rápidas en las disparidades raciales son esperanzadoras, y demuestran el poder de aprovechar el conocimiento de punta para la prevención y la atención del cáncer en los estadounidenses de todos los orígenes", añadió. "Pero se necesita más trabajo para eliminar las desigualdades y reducir el sufrimiento del cáncer en todos".
Beer aseguró que la moraleja es que "estamos en buen camino en el viaje hacia la extinción de la amenaza del cáncer, pero queda mucho trabajo para llegar al destino".